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LOS DIOSES, LA MÚSICA Y LA FLAUTA


LOS DIOSES, LA MÚSICA Y LA FLAUTA

“Animada por el aliento de la vida, la flauta expresa nuestro espíritu. En los idiomas alfabéticos antiguos (griego y hebreo, por ejemplo) una misma palabra designaba al espíritu y al aire en movimiento, de ahí el significado especial que tiene el aliento como portador del alma humana. La flauta (como instrumento de viento) está asociada al culto de Dionisios, y por eso es símbolo de lo pasional, lo íntimo, lo subjetivo, lo interior. Su opuesto, y a la vez complementario, son los principios apolíneos, representados por los instrumentos de cuerda.

Las cuerdas evocan el concepto de armonía universal, las flautas el impulso melódico irracional: lo único en lo múltiple.”

(de la contratapa del CD “Tocando el Aire”)

Según el mito griego, Marsias (intérprete del aulos, pariente de nuestra flauta, y claro seguidor de Dionisios) desafió a Apolo a ver quién era mejor músico. Marsias tocó de manera brillante y elocuente, ¡era un eximio intérprete! Pero el jurado se inclinó por Apolo, ya que éste había tocado la lira y cantado al mismo tiempo. Los seguidores de Marsias adujeron que a él no le hacía falta cantar, ya que con el aulos se expresaba de manera insuperable. Pero el juicio fue inapelable y Apolo -cansado de tanto concurso musical- lo desolló vivo: con su piel se hicieron las dos máscaras de la tragedia griega, dando así nuevo matiz al eterno enfrentamiento entre las fuerzas apolíneas y dionisíacas. Puja que a lo largo de los siglos se mantuvo con los tironeos entre la música cantada (sola o acompañada por instrumentos) y la instrumental pura.

La lira representaba a Apolo y a los principios de la razón entre los griegos. En el Renacimiento europeo, fue el laúd quien tomó la posta; y en nuestros días es de alguna manera el piano el encargado del asunto. Son instrumentos que tienen cuerdas a ser afinadas, y representan el orden externo. En cambio, el aulos -y por extensión los instrumentos de viento, y las flautas en particular- significan lo irracional, aquello muy profundo que surge de nuestro interior y que cobra vida a través de nuestro aliento.

En latín, la palabra “spiritus” significa “aliento”, signo de la vida, dando lugar al espíritu que manifestamos como personas.

En griego, “aire frío” se dice “psycho”, y de ahí deriva “psique” como representante de nuestro mundo interior.

En hebreo, “ruahj” quiere decir a la vez “viento” (aire en movimiento) y “alma”, con lo cual entendemos que por medio de nuestro aliento expresamos el alma, el espíritu, nuestro mundo interno.

Aristóteles mismo nos habla del aliento como portador del alma, y esa figura nos acompaña hasta el día de hoy.

¿Apolo versus Dionisios? ¿No hemos tenido ya demasiado con esta sorda lucha? Es hora de entender a los opuestos como complementarios, el Ying y el Yang, lo Femenino y lo Masculino: en la música es fácil de comprender, pocas combinaciones tan hermosas y “rendidoras” como la flauta y la guitarra, o como la flauta y el piano. Podemos hacer prácticamente toda la música del mundo con ellos, al contar con la melodía de la flauta, y la armonía y el sostén rítmico de la guitarra o el piano.

El dios hindú Krishna es a menudo representado tocando la flauta. El bansuri es una flauta de caña muy difundida en la India, y es de alguna manera transmisor de una práctica musical muy antigua y enraizada con la naturaleza:

"En el bosque, todos los pájaros han volado a las bellas ramas de los árboles para ver a Krishna. Con los ojos cerrados ellos están simplemente escuchando en silencio los dulces sones de su flauta.

Seguramente estas aves están en el mismo nivel que los grandes sabios”

"Cuando los ríos escuchan el sonido de su flauta, empiezan a desearlo, y así el caudal de sus corrientes se rompe y sus aguas se agitan, removiéndose en remolinos. Entonces, con los brazos de sus olas, los ríos abrazan los pies de Krishna”

"Krishna toca continuamente su flauta mientras pastorea los animales, incluso bajo el ardiente calor del sol de verano. Viendo esto, la nube en el cielo se expande de amor: se levanta alto y construye, con su multitud de gotitas de agua como flores, una sombrilla por amor a su amigo”

“Cuando Krishna toca la flauta, todo el mundo queda vivificado por el amor: los ríos se detienen, las piedras resplandecen, las flores de loto se estremecen; las gacelas, las vacas y los pájaros se embelesan; los demonios y los ascetas quedan hechizados”

Debido a su timbre relativamente pobre en armónicos, la flauta ha sido asociada a lo sobrenatural y utilizada por igual en ritos de resurrección y fertilidad.

“…Pan, el dios de los pastores griego, talló su flauta a partir de la caña en la que se había tenido que trasformar la ninfa Syrinx para poder librarse de su asedio. Esta transformación no acabó de producir el efecto deseado, porque el dios, obsesionado por su belleza, cortó entonces varias cañas, las pegó con cera y del instrumento resultante extrajo hermosos sonidos lastimeros. Así pudo seguir teniendo a Syrinx en sus manos”

También se la relaciona con el canto de los pájaros, y por ende con los ángeles. A través de sus sones podemos imitar y conocer su lenguaje, y así entrar en estadios más elevados de consciencia.

Pero a la vez, aparece con frecuencia en escenas pastoriles y amorosas, y hasta se la ha considerado pecaminosa e indigna de ser tocada por una mujer.

Los Dioses aman la música de los humanos, vano intento de representar las armonías celestiales… Pero por más intento que sea, dicen que si lo hacemos de manera sensible y sincera, el Cielo se conmueve con nuestra música, y así comienza un fluido diálogo entre el Cielo y la Tierra.

De las artes divinas, la música es la más humana. De las artes humanas, la música es la más divina.

Tanto por su forma como por su timbre, las flautas han estado ligadas por igual a lo sobrenatural y a lo mundano. Simbolizan a menudo el poder de la música sobre la Tierra, modificando también al mismo ejecutante.

Es a la vez un instrumento alegre (pastoril) y serio (sobrenatural), mundano (demoníaco) y celestial (angélico), masculino (por su forma fálica) y femenino (por su tesitura aguda y ligera).

¿Algo más? Ah, sí: es el instrumento que me acompaña desde mis cinco años…

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